Serie de tres retratos al tendedero.
"¿Y esas fotos? están desenfocadas ¿por qué no las borras?"
Estas fotos, como la mayoría de "antes" pueden parecer vacías, carentes de significado y lo que es peor (¡oh! ¡Blasfemia!) mal hechas.
No debo excusarme. Pero sí me siento con obligación de argumentar el significado de esta serie de 3 por ser tan agresivamente criticadas.
Pertenecen a la colección "Antes." y como ya expliqué en esta otra entrada del blog, esa etapa fue una etapa dura para mí. Por decirlo de alguna manera y no atreverme a autodiagnosticarme esa enfermedad tabú que es la epidemia de los países desarrollados en el siglo XXI.
En esos momentos, y cualquiera que haya sentido en sus carnes los síntomas de esa terrible enfermedad, el "yo" es un todo, pero es la nada.
Para mí, ser egocéntrico y ególatra, sólo existo yo. Yo y mi tristeza. Yo y el mundo. Yo y mis reflexiones. Yo y mi culpabilidad. Yo y mi rabia.
Es un YO inmenso, que ocupa todo mi ser, me imposibilita de pensar en nadie más, pues nadie sufre tanto como yo lo hago. Y sin embargo ese yo, omnipresente no deja de ser un cuerpo gastado y una persona a la que yo no puedo evitar despreciar. Porque no es odio lo que siento hacia mi propia persona, es desprecio, asco, fobia, miedo. A mi mente, a mi "enfermedad", a lo que me hace "no ser normal".
De ahí nace esta serie. "Yo", como concepto. Yo como ser que ocupa todo mi universo. Pero Yo como algo que no importa, que es una persona más, "Yo" como mi todo, "Yo" como nadie para el resto del mundo.
Quizás no aclare demasiado pero es un concepto difícil de abordar.
Gracias por tu comprensión, querido desconocido.