A mi madre

Hola mamá.

Es raro hablarte por aquí, pero sé que de algún modo u otro llegarás hasta aquí, aunque sea sólo por curiosear y ver en qué pienso.

Sé que no te está gustando. Que las imágenes no son las fotos bonitas que tú buscabas y esperabas, pero quiero que sepas que, te pese o no, esta soy yo.

No quiero negarme ninguna parte de mí, y creo que la tristeza es algo natural de lo que no tengo por qué sentirme avergonzada. Eso no significa que no luche contra ella, significa que a día de hoy yo he aceptado que está ahí, que es natural. Que es normal llorar y que no hay que sentirse culpable cuando se hace. No hay que esconderlo.

No hablo de convertirlo en medio natural, ni de darse por vencida. Hablo de ser capaz de reconocer nuestras debilidades para aprender de ellas y convertirlas en fortalezas. Y hablo de algo que a mí aún me cuesta mucho hacer: pedir ayuda.

Por eso te pido que no me digas que no te gusta, porque la belleza no reside en lo estético. Comparto estas imágenes para transmitir cosas que siento y que he sentido. Desde las formas y colores curiosos que veo a mi alrededor en postales, hasta las cosas más ínitmas que he vivido en antes.

Pero el antes es eso. Antes. Ya no. Pero quiero que se sepa, que no siempre fue así, que el antes existe y que no siempre es todo bueno.

Espero que lo comprendas.